¡Urge un cierre completo! El Faro a Colón plagado de bacterias y hongos

La información del cierre de dos niveles del emblemático Faro a Colón, por peligrosas bacterias y hongos, es manejada por el personal de trabajo con absoluta discreción. Dos entrevistas canceladas por el director del museo, Eliezer Nolasco Jiménez, estando el equipo de prensa de Panorama en el lugar y el nerviosismo por evitar el acceso de la periodista a ambas salas nos dio una idea de que algo grande y preocupante está pasando ahí dentro.
Una fuente nos dijo que una empleada que entró a estas salas tuvo que ser hospitalizada y vio su salud muy comprometida, pero no ofreció más detalles. Además, supimos que el ministro de Cultura, Roberto Ángel Salcedo, estuvo en el lugar conociendo la situación, pero con bata, guantes y mascarilla. ¿De qué tipo de bacteria estamos hablando, estará diseminada también en la primera sala donde aún es permitida la entrada de turistas?

En una tercera visita y pasando como turistas, el equipo de investigación de Panorama regresó con todas las herramientas, incluyendo, un experto en microbiología, para hacer análisis en el monumento.
Con solo 48 horas de incubación, los microorganismos ya nos alertaban de la gravedad: el Faro a Colón está altamente contaminado de hongos y bacterias, y mantenerlo abierto es un peligro para la salud de sus visitantes, por lo que, es inminente su cierre temporal inmediato.

Para realizar el estudio, Laboratorios Franja empleó tres tipos de técnicas de aislamiento de microorganismos para la detección de contaminación de origen ambiental, una israelí, otra alemana y una técnica standard francesa cromogénica. Para estar junto a la muestra recopilada, fue necesario la colocación de mascarilla, debido a la alta contaminación encontrada.
“Se ha encontrado una gran incidencia de mojos y estos tienden a producir un efecto muy dramático en la salud humana, que van desde procesos alérgicos, respiratorios complicados, y cuando hay una convivencia permanente muchos de estos hongos producen una micotoxina causante de enfermedades cardiovasculares, hepáticas, renales y en la mayoría de los casos cánceres en diversos tipos de órganos”, precisó el doctor Frank Reyes, encargado de Laboratorios Franja.
Entre las bacterias encontradas se encuentran: Fusarium, Aspergillus, cladosporium y bacillus.
Las muestras fueron tomadas en áreas del interior y exterior del Faro, y llamó la atención que la mayor incidencia de mohos tóxicos fue encontrada en las salas de exposición.
“Estas salas se consideran piscinas de aire estancado, donde hay alta circulación de esporas, y debe haber afectación del personal laboral, y algo dramático es que se observa el deterioro de muchas de las piezas (reliquias) que se exponen allí”, lamenta el doctor, quien advierte, además, que los trabajadores de este monumento, van a comenzar a presentar deterioro de su salud por pasar más cantidad de tiempo en el lugar.
Los visitantes también están en riesgo: “si le puso la mano a una pieza infectada, si tiene su sistema inmunológico comprometido, pueden contaminarse más fácilmente que una persona sana, igual sucede con ancianos, que tienen más probabilidad de ser afectados con ese ambiente contaminado que hay ahí”.
En la actualidad, el Faro es el tercer museo más visitado del país. Según estadísticas de la Dirección General de Museos, este monumento solo en el primer trimestre de 2024 recibió 14,117 visitas, y en este 2025, en el mismo periodo ha recibido, 13,320.
Salas más contaminadas
Las salas que arrojaron un mayor nivel de contaminación son las de Japón y la India. Ambas, deberían ser cerradas, de forma inmediata porque son un peligro a la salud, advierte de manera enfática el experto en microbiología.
El hecho de que solo con 48 horas de incubación haya arrojado una alta proliferación de bacterias, cuando a un cultivo de moho, se le da de tres a cinco días, implica que la contaminación que hay específicamente, en estas dos salas, “está fuera de control”.
“Igualmente la sala Italia presenta diversos tipos de contaminación de mohos tóxicos. Asimismo, podemos ver el alto nivel de contaminación de las salas de México, Chile, Perú, que están altamente contaminada no solo de moho sino de bacterias”, precisó.
La Canoa que está en la sala Borinquén, se está deteriorando por bacterias.
“La sala Borinquén da pena, está llena de hongos”, lamenta el doctor.
El Faro padece del síndrome del “Edificio enfermo o muerto”
Visto con ojos de desconocimiento, por fuera el monumento inaugurado en el año 1992, parecería estar sucio, pero al tomar muestras también de la parte exterior, los análisis arrojaron que esa negritud responde al nicho biológico de convivir bacterias, mohos, algas y líquenes.
En algunos espacios se pudo observar una humedad preocupante.
En adición, se encontró diversos tipos de bacterias que destruyen el concreto junto con los mohos.
“Eso permite que haya porosidad y entre agua y se mantenga la humedad dentro del concreto, y continúe inexorablemente el deterioro. Estas bacterias producen, por decirlo así, osteoporosis del concreto y es muy probable que cualquier evento ambiental pueda producir una catástrofe, porque es un el Faro a Colón, cumple con todas las características del síndrome del Edificio Enfermo”, agregó.
Se trata de las mismas características presentadas en estudios internacionales como el realizado en Macedonia sobre el biodeterioro de sus monumentos culturales y el denominado, “Deterioro del hormigón inducido microbiológicamente”, presentado en 2013 por la Sociedad de Microbiología de Brasil, en los que queda demostrado como los microorganismos se alimentan del concreto (utilizan las sales de calcio) y descomponen el hormigón, en especial, cuando hay altos niveles de humedad.
En este monumento, se recomienda hacer una remediación urgente para que no haya un mayor daño estructural.
“Yo recomiendo cerrarlo todo. Lo que hay que hacer ahora mismo es hacer una inversión, una limpieza de todo el edificio exterior e interior; sacar todo y remediarlo. Hay que utilizar biosidas adecuados, que sean efectivos para poder hacer limpieza de toda la estructura externa e interna, y matar todo este tipo de bacterias; pero no solo con liquido sino también con humo por las esporas que están flotando. Hay que tratar toda la estructura desde arriba hasta abajo y deben impermeabilizarlo para evitar que el agua siga penetrando”, resaltó el doctor Frank Reyes, al tiempo que dijo que para hacer este proceso deben contratar expertos del área.
Un descuido que no necesita microscopio
Un abandono que se ve a simple vista son las vitrinas y puertas pegadas con cinta adhesiva. Falta de llavines en algunas puertas, de plafones en el techo, madera carcomida y con falta de pintura en los muebles de exhibición. Así como aparatos que deben narrar la historia de las salas y no funcionan. Una vergüenza para un monumento de esta naturaleza.
Basuras en algunos espacios del exterior, banderas rotas y una cubeta en la entrada aparando una gotera, exhiben un descuido que deja mal parado al actual director Eliezer Jiménez, quien ocupa el cargo desde 2020 y está llamado a custodiar este importante monumento.
El faro-homenaje al descubridor de América
El Faro a Colón, ubicado en Santo Domingo Este, es un monumento en forma de cruz que recuerda la cristianización de las Américas, alberga los restos del Gran Almirante Cristóbal Colón y dentro de éste existen exhibiciones de diferentes países del mundo, distribuidos en 49 salas.
Cuando el Faro está encendido proyecta una luz en forma de cruz hacia el cielo nocturno, que puede verse hasta 64 kilómetros de distancia, pero esta hace años que no funciona.
Su construcción, que implicó una inversión superior a los 100 millones de pesos, comenzó en el 1948 inspirada en el diseño que realizó el arquitecto ingles Joseph Lea Gleave. Mide aproximadamente 800 metros de largo por 36,5 metros de alto.
En la entrada principal del monumento, los colores de las banderas de todos los países americanos simbolizan la hermandad entre naciones y la unión de las diferentes razas, culturas y credos que pueblan la Tierra.
Por instrucciones del expresidente Joaquín Balaguer, promotor de la construcción del monumento, el arquitecto dominicano Teófilo Carbonell adaptó su interior para albergar exhibiciones de cada país de América, así como otros de Europa y de Asia.
Fuente: ANORAMA